Reyes de Aragón
Ramiro II
La situación creada por el testamento de Alfonso I fue de caos político, resuelto finalmente con la exclaustración de su hermano Ramiro, dedicado hasta entonces al servicio eclesiástico, en el que llegó a ser abad del monasterio de Sahagún (León), obispo de Burgos, arribando después al monasterio benedictino de San Pedro el Viejo, de Huesca, desde donde desarrolló una intensa labor cultural, para ser nombrado más tarde obispo de la diócesis de Roda-Barbastro. Con serias dificultades consiguió hacer valer sus derechos al trono de Aragón, recibiendo el apoyo de los naturales y siendo proclamado en Jaca, aunque tuvo que sufrir la conquista del Regnum Caesaraugustanum por parte de Alfonso VII de Castilla (rey de León, que también fue emperador), quien se proclamó rey en Zaragoza, aunque posteriormente fue devuelto al aragonés mediante un compromiso vasallático. La conocida leyenda de la Campana de Huesca tiene un fondo real ya que Ramiro parece haber ajusticiado a varios nobles que ponían en duda su autoridad. Para conseguir una estabilidad política tomó la decisión de garantizar la sucesión, de modo que contrajo matrimonio con Inés de Poitiers, hija del duque Guillermo IX, viuda de 32 años, que había mostrado su fertilidad, como efectivamente quedó demostrado al concebir y dar a luz a Petronila. Una vez conseguida esa finalidad, el Rey dispuso el marco de reparto de funciones en el trono: su hija sería la reina, su yerno Ramón Berenguer de Barcelona, la fuerza armada del reino, con lo cual consideraba cumplida su misión, se separaba de su esposa y entraba de nuevo en el monasterio da San Pedro el Viejo de Huesca, si bien continuó en posesión de la realeza hasta su muerte en 1157.
Guías para la divulgación del Estatuto de Autonomía de Aragón de 2007
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