A pesar de que la Guerra de Sucesión fue un conflicto internacional acabó derivando en un enfrentamiento civil que dividió a la Corona de Aragón. Mientras las coronas de Castilla y Navarra, se mantuvieron fieles al rey Felipe IV, la mayor parte de la Corona de Aragón prestó su apoyo al Archiduque Carlos de Austria. Cuando éste fue elegido emperador de Alemania, las potencias europeas temerosas de su excesivo poder firmaron el Tratado de Utrech mediante el que España perdía sus posesiones en Europa
Reyes de Aragón
Felipe IV
Hijo del Gran Delfín de Francia y de María Ana Cristina de Baviera, nieto de Luis XIV y biznieto de Felipe III de Aragón (la hija de éste María Teresa, casó con Luis XIV) era Duque de Anjou. Contrajo matrimonio con María Luisa de Saboya y con Isabel Farnesio; de la primera tuvo al futuro Luis I y al que sería Fernando III y, de la segunda, a Carlos, en su momento, III. Los resultados de la Guerra de Sucesión, que enfrentaron a las principales monarquías europeas, se inclinaron a favor de este soberano, últimamente en guerra con el primer Carlos III (conocido por "el Archiduque", quien finalmente alcanzó la titularidad del Imperio como Carlos VI, en 1711). La jura de este soberano en relación con Aragón tuvo lugar en 1701, en La Seo de Zaragoza. La reina María Luisa concedió al Reino de Aragón el puerto de Tortosa y la ciudad de Lérida en 1706, como ya lo había hecho en 1506 la reina Germana. En este su primer reinado fue notable la influencia francesa en los actos de gobierno. Para la celebración de Cortes en Aragón dejó a la Reina que, efectivamente, las presidió en 1702, aunque los resultados fueron bastante exiguos porque la situación bélica convirtió Aragón en un campo de batalla donde alternaron las fuerzas del Soberano o de su oponente el "primer" Carlos III. El fin del conflicto en Aragón produjo la decisión de Felipe IV de hacer efectiva la Nueva Planta de 1707 con el decreto de 1711, que desmontaba la administración foral como se hacía con Valencia y posteriormente con Cataluña (1714) y Mallorca (1715), aunque permitía el derecho civil. En su reinado se acuñaron las últimas monedas en Aragón (ceca de Zaragoza). Los tratados de Utrech (1713) y Rastadt (1714) significaron la pérdida de territorios para la Monarquía hispana, aunque la influencia italiana de la nueva reina, Isabel, llevó a realizar una política de intervención en Italia. La intención de ocupar el trono de Francia debió llevar a Felipe IV a la idea de abdicar en su hijo Luis, lo que hizo efectivamente el 10 de enero de 1724.
La reina María Luisa concedió al Reino de Aragón el puerto de Tortosa y la ciudad de Lérida en 1706, como ya lo había hecho en 1506 la reina germana.
Felipe IV tomó la decisión de hacer efectiva los Decretos de Nueva Planta de 1707, que desmontaban la administración foral como se hacía con Valencia y posteriormente con Cataluña y Mallorca, aunque permitía el derecho civil.
Los Decretos de Nueva Planta redujeron drásticamente la personalidad jurídica de Aragón, desaparecieron los tradicionales Fueros y libertades y se disolvió la Diputación del Reino.
Guías para la divulgación del Estatuto de Autonomía de Aragón de 2007
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